Las pesadillas son seres gelatinosos originarios de Nekros, resultado de los experimentos realizados por Vanhell, el gobernante de ese lugar. Su objetivo era crear una raza perfecta. Estas criaturas se infiltran en el cuerpo de otros seres vivos para alimentarse y asumir su apariencia.
Una vez dentro del organismo huésped, las pesadillas imitan el comportamiento normal del ser al que han parasitado, despojándolo de cualquier control sobre su propio cuerpo debido a un veneno que generan. A pesar de esta pérdida de control, la víctima permanece consciente durante todo ese tiempo.
Cuando necesitan cambiar de cuerpo para continuar alimentándose, las pesadillas despliegan poderosas extremidades negras con manos humanas, lo que les facilita su labor. En ocasiones, el organismo al que parasitan fallece antes de que la pesadilla pueda transferirse, lo que obliga a la criatura a cambiar de cuerpo prematuramente.
A pesar de su falta de visión, las pesadillas poseen un agudo sentido del oído y del olfato. Son extremadamente sensibles a la luz debido a su conexión con la nigromancia, la forma de magia que les dio origen.
Por lo general, estas criaturas se mantienen confinadas en Nekros, pero ocasionalmente alguna de ellas adopta la forma de animales marinos o voladores y llega a tierras lejanas, causando estragos por donde pasa.
