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Domador Espiritual

Aquellas personas conocidas como domadores espirituales mantienen una profunda conexión con el plano étereo. Estos individuos forjan pactos con espíritus para emplear sus habilidades tanto en la vida diaria como en el fragor del combate. Para llevar a cabo esta empresa, el domador debe contar con una cantidad considerable de ki o mana, necesarios para sostener la manifestación del espíritu en el plano terrenal. La gran mayoría de seres vivos carecen incluso de la capacidad de percibir el reino espiritual, y aquellos que nacen con este don especial pueden, en el mejor de los casos, establecer un pacto con algún espíritu menor. Para alcanzar el estatus de verdadero domador espiritual, es imperativo someterse a un riguroso entrenamiento que armonice tanto el cuerpo como la mente.

Los domadores espirituales se destacan por su versatilidad en el campo de batalla, pues al ser capaces de albergar más de un espíritu, pueden aprovechar las habilidades de cada uno de ellos según convenga en el momento. Estos espíritus suelen estar asociados, al menos en parte, a un elemento como el fuego, el hielo o la luz.

A diferencia de una minoría selecta, la mayoría de los domadores entablan vínculos afectivos sólidos con los espíritus con quienes pactan, lo que incrementa la eficacia en el combate debido a la confianza mutua.

En algunas regiones, han surgido domadores espirituales que carecen de cualquier tipo de conexión con el mundo espiritual. Esto se debe al avance tecnológico logrado por la humanidad, que ha permitido alcanzar fronteras que, en tiempos pasados, hubieran sido inconcebibles.

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