Hace siglos, un héroe de leyenda conocido como Quixote Dreambuster emergió de las ruinas y desolación en las que se encontraba la humanidad para establecer el reino de Sancho. Este reino se destaca por su dedicación al perfeccionamiento del arte de la espada y la maestría en el dominio del ki, una energía vital que residía en la esencia de la mayoría de los seres vivos. La tierra de Sancho se convirtió en un crisol de talentos marciales y un faro de conocimiento espiritual, donde la paz y la prosperidad florecían bajo el reinado de su monarca más ilustre, Quixote.
El nombre de Quixote resonaba en los corazones de los habitantes de Sancho como un sinónimo de valentía, honor y grandeza. Durante su reinado, este legendario gobernante protagonizó innumerables hazañas épicas que hicieron eco en los anales de la historia. Se dice que derrotó en solitario a un ejército de trolls invasores, que despejó una misteriosa región del reino de brujas malévolas y que logró la inimaginable hazaña de transformarse en un poderoso hombre-dragón en momentos de extrema necesidad.
Quixote no solo era insuperable en el manejo de cualquier arma conocida en el reino, sino que también poseía una aguda inteligencia y una agilidad mental impresionante en el combate. Era un líder que inspiraba a todos los habitantes de Sancho a alcanzar su máximo potencial y a vivir con honor y coraje.
Sin embargo, la vida de Quixote tomó un giro inesperado cuando, en un punto crítico de su reinado, sintió una llamada irresistible a aventurarse más allá de las fronteras de Sancho. Abandonando su trono y sus responsabilidades, emprendió un viaje por tierras desconocidas en busca de nuevas emociones y retos. Fue en uno de estos viajes que Quixote se vio atrapado por una maldición que le otorgó la inmortalidad.
Después de vivir innumerables peripecias y enfrentarse a desafíos impensables, Quixote encontró su lugar de descanso en una pequeña isla estratégicamente ubicada entre Tartalia, el reino de las pesadillas, y los reinos humanos. Su motivo para quedarse en este lugar es noble y valiente: Quixote ha jurado proteger los reinos humanos de las monstruosas bestias que emergen de los portales de Tartalia. Estos portales son vestigios del Gran Cataclismo, un evento catastrófico del pasado que amenazó con desencadenar el caos en su mundo.
En Sancho, la historia de Quixote perdura como una inspiración eterna, una prueba viviente de que el coraje y la valentía pueden resistir incluso el paso de los siglos. La leyenda de Quixote es un recordatorio constante de que un verdadero héroe nunca abandona la lucha por proteger lo que ama y que, incluso en la eternidad, la chispa del heroísmo puede arder con intensidad.
